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Tipos de suelo en Chile

 

Tipos de suelo en Chile

Un desafío para la maquinaria pesada y el rubro de la construcción

No es sencillo entregar una definición categórica los tipos de suelo en Chile debido a que, para su análisis, existen diferentes puntos de vista. Sin embargo, existen criterios comunes y unificadores para que todos entendamos el mismo significado del concepto.

Veamos cuáles son estos criterios para su definición. 

 

Criterios para definir los tipos de suelo en Chile

Se le llama suelo a aquella capa de material no consolidado sobre la superficie, que está compuesto principalmente por cuatro elementos: aire, agua, materia orgánica y materia inorgánica. Este sirve de soporte natural para las especies vegetales y, a lo largo del tiempo, sufre variaciones de distintos tipos. 

Debido a que es un cuerpo natural y ocupa un espacio tridimensional, es posible que reconozcamos capas o niveles sucesivos, también llamados horizontes. Para poder clasificarlo, se acude a perfiles.

El punto de partida de todo suelo es el material generador, es decir y en estricto rigor, todos derivan de las rocas, las cuales pueden tener tres orígenes distintos: ígneo, metamórfico o sedimentario. Dicho material está sujeto a procesos que provocan cambios constantes en el suelo y, no solo esto, sino que también existen factores que intervienen en su formación, ya que actúan de manera interrelacionada: el clima, los organismos que lo habitan, el relieve, el tipo de roca y el tiempo. 

Siendo Chile un país que goza de distintos climas y relieves, muchos factores intervienen en la formación del suelo:

  • Como somos un país largo y estrecho, se observa la presencia de distintos climas que influyen de manera importante. Por ejemplo, podemos encontrar un gran contraste entre las regiones del norte y del sur del país, expresado especialmente por escasez de humedad en la primera y una saturación total de agua en la segunda.
  • Otra característica muy propia de nuestro país es la existencia de cadenas montañosas, las que entorpecen el desarrollo del suelo y, en consecuencia, afectan la profundidad de este. Como ejemplo, entre la Cordillera de los Andes y la Cordillera de la Costa tenemos suelos frágiles y poco profundos.
  • La acción fluvial proporciona un alto nivel de erosión, por lo que los suelos ubicados en laderas son despojados de material, que luego se deposita en lugares más planos.
  • Y por último y, la más peculiar de todas, es la actividad volcánica debido a que nos encontramos en una franja altamente sísmica perteneciente al Cinturón de Fuego del Pacífico. Esta actividad constante ayuda a la formación de nuevas rocas, que pueden meteorizar y convertirse en suelo nuevo.

Otro criterio que se incluye en la definición de suelo es la textura de este, que se divide en dos grandes grupos: textura de grano fino y textura de grano grueso. 

Dentro del grano fino podemos distinguir el limo, los  suelos orgánicos, la arcilla y los suelos de relleno y dentro del grueso están la roca, el canto rodado, la arena y las gravas.

 

¿Cuáles son los tipos de suelo en Chile?

Chile, dentro de su gran riqueza natural, posee una gran variedad de suelos y son los que vamos a clasificar a continuación. Cabe mencionar que esta clasificación ha sido desarrollada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. 

  • Andisoles: Derivados de materiales volcánicos vítreos y de textura gruesa.
  • Aridisoles: Formados en regiones áridas, cuyas finas partículas son arrastradas por el viento. Secos y desprovistos de vegetación.
  • Entisoles: Puede que sean suelos jóvenes, sin tiempo para desarrollarse o bien, suelos viejos que no desarrollaron horizontes debido a que son de materiales resistentes a la meteorización.
  • Alfisoles: Formados en climas que tienen períodos áridos. En consecuencia, su perfil se presenta seco parte del año. Muestran un horizonte B, generalmente textural.
  • Ultisoles: Se forman en climas con superávit de precipitación, pero con una estación parcialmente seca. Por esta razón tienden a ser lixiviados y pobres en bases. Sufren un gran desequilibrio entre la cantidad de bases liberadas por meteorización y las bases removidas por lixiviación.
  • Espodosoles: Pertenecientes a climas húmedos y fríos, en presencia de vegetación de bosque. Existencia de un horizonte de eluviación en el cual se acumulan sustancias amorfas, tanto coloides orgánicos, como sesquióxidos de aluminio.
  • Inceptisoles: Un poco más desarrollado que los entisoles, aún exhiben un desarrollo incipiente. Presentan evidencias de eluviación, pero sin un horizonte como el que se presenta en climas húmedos, lo que garantiza un cierto grado de lixiviación la mayor parte del tiempo.
  • Molisoles: Suelos en los que se han producido la descomposición y acumulación de altas cantidades de materia orgánica, lo que deriva en un un humus rico en calcio. Característicos de zonas subhúmedas o semiáridas, con vegetación de pradera que asegura aporte de materia orgánica en profundidad.

 

Obras en construcción

Con esta información y otras más exactas y específicas, es que es imprescindible para el buen desarrollo de una obra y para la correcta utilización de la maquinaria asociada un estudio de suelo.

En todo proyecto de construcción, tanto en su etapa preliminar como durante la ejecución de la obra, se debe contar con datos fidedignos, seguros y en gran cantidad con respecto al suelo. Además, hacen falta profesionales que conozcan cómo utilizar la maquinaria en cada tipo de suelo, como el caso de Claudio Mallea.

La exploración y la investigación del suelo son vitales para determinar las características del suelo y el correcto diseño de la estructura donde se construirá. El arriendo de maquinaria pesada no trabaja por sí solo; también hace falta una planificación correcta. Si no son representativas la información registrada y las muestras enviadas al laboratorio, todo el esfuerzo no tendrá mayor sentido. 

De este modo, el estudio de suelo realiza una caracterización desde el punto de vista físico-mecánico que es útil para saber cuál es el espesor de los materiales que se encuentran en el sitio y para ofrecer las recomendaciones apropiadas con respecto a los tipos de cimentación, el posible asentamiento del terreno y las medidas que se deben tomar en caso de haber condiciones especiales que presuman un problema.

 Con el fin de extraer muestras del subsuelo, se realizan perforaciones sobre la superficie del terreno, conociendo así la capacidad de carga del suelo,las características o las irregularidades que pudieran afectar el proyecto, tanto positiva como negativamente.

Al reconocer el terreno se puede identificar los cortes, tanto naturales como artificiales, delimitar las zonas de características similares y las zonas de riesgo que son poco recomendables para la construcción, además de determinar los principales estratos de los suelos superficiales. 

 

En Maquinaria Carrán, nos especializamos en la construcción de obras en todo Chile. Ante cualquier duda, por favor comuníquese con nosotros a través del siguiente formulario.

 

 

 

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